La criptografía (del griego kryptos, «ocultar», y grafos, «escribir», literalmente «escritura oculta») es el arte o ciencia de cifrar y descifrar información utilizando técnicas matemáticas que hagan posible el intercambio de mensajes de manera que sólo puedan ser leídos por las personas a quienes van dirigidos.
En la Jerga de la criptografía, la información original que debe protegerse se denomina texto en claro. El cifrado es el proceso de convertir el texto plano en un galimatías ilegible, denominado texto cifrado o criptograma. Por lo general, la aplicación concreta del algoritmo de cifrado (también llamado cifra) se basa en la existencia de una clave: información secreta que adapta el algoritmo de cifrado para cada uso distinto. Cifra es una antigua palabra arábiga para designar el número cero; en la antigüedad cuando Europa empezaba a cambiar del sistema de numeración romano al arábigo, se desconocía el cero por lo que este resultaba misterioso, de ahí probablemente que cifrado signifique misterioso.
Las dos técnicas más sencillas de cifrado, en la criptografía clásica, son la sustitución (que supone el cambio de significado de los elementos básicos del mensaje -las letras, los dígitos o los símbolos-) y la trasposición (que supone una reordenación de los mismos); la gran mayoría de las cifras clásicas son combinaciones de estas dos operaciones básicas.
El descifrado es el proceso inverso que recupera el texto plano a partir del criptograma y la clave. El protocolo criptográfico especifica los detalles de cómo se utilizan los algoritmos y las claves (y otras operaciones primitivas) para conseguir el efecto deseado. El conjunto de protocolos, algoritmos de cifrado, procesos de gestión de claves y actuaciones de los usuarios, en conjunto es lo que constituyen un criptosistema, que es con lo que el usuario final trabaja e interactúa.
Existen dos grandes grupos de cifras: los algoritmos que utilizan una única clave tanto en el proceso de cifrado como en el de descifrado, y los que utilizan una clave para cifrar mensajes y una clave distinta para descifrarlos. Los primeros se denominan cifras simétricas o de clave simétrica y son la base de los algoritmos de cifrado clásico. Los segundos se denominan cifras asimétricas, de clave asimétrica o de clave pública y clave privada y forman el núcleo de las técnicas de cifrado modernas.
En el lenguaje cotidiano, la palabra código se usa de forma indistinta con cifra. En la jerga de la criptografía, sin embargo, el término tiene un uso técnico especializado: los códigos son un método de criptografía clásica que consiste en sustituir unidades textuales más o menos largas o complejas, habitualmente palabras o frases, para ocultar el mensaje; por ejemplo, "cielo azul" podría significar "atacar al amanecer". Por el contrario, las cifras clásicas normalmente sustituyen o reordenan los elementos básicos del mensaje -letras, dígitos o símbolos-; en el ejemplo anterior, "rcnm arcteeaal aaa" sería un criptograma obtenido por transposición. Cuando se usa una técnica de códigos, la información secreta suele recopilarse en un libro de códigos.
LA CRIPTOGRAFÍA Y EDGAR ALLAN POE
Edgar Allan Poe es considerado uno de los grandes escritores de lo misterioso y sobrenatural que vivió una vida bañada en desgracias. Poe obsesionado con la muerte, tema central de muchas de sus historias como “The tell tale heart” pudiera haber ocultado sus palabras en un impenetrable criptograma.
Poe estaba también fascinado por la criptografía. Uno de sus libros “El escarabajo de oro” se centra el descifrar un mensaje que indica el paradero de un tesoro pirata. En sus poemas hay también mensajes ocultos.
En una serie de artículos que empezó a publicar en la revista Alexander's Weekly Messenger en diciembre de 1839, desafió a sus lectores para que le enviaran criptogramas. Él los descifraría. En los seis meses siguientes publicó la solución a los criptogramas recibidos y comentó sus puntos de vista sobre la criptografía. En mayo de 1840 Poe dejó de escribir en el Messenger, pero al año siguiente publicó en el "Graham's Magazine" un artículo titulado "A Few Words on Secret Writing" En este artículo y en los que le siguieron afirmaba que había descifrado los aproximadamente cien criptogramas recibidos en el Messenger.
En este tiempo recibió dos criptogramas de un lector llamado Mr. W. B. Tyler. Poe jamás publicó la solución a estos criptogramas, pero los divulgó para que sus lectores los resolvieran. Él, afirmó, no tenía tiempo para resolverlos. Lo más interesante de todo es la posibilidad de que W.B. Tyler sea el mismo E.A. Poe. La solución de los criptogramas podría resolver (o no) este misterio.